1- Preparamos una bandeja de horno cubriéndola con papel antiadherente. Sobre una mesa espolvoreada de azúcar glacé extendemos el hojaldre y cortamos en tres partes rectangulares iguales, de 5 mm. aproximados de grosor. Colocamos sobre la bandeja y espolvoreamos con el resto de azúcar glacé (si no entran en la bandeja las tres partes, horneamos en dos veces).
2- Cubrimos el hojaldre con otra lámina de papel antiadherente y ponemos sobre ella una bandeja, esto es para que las bases no suban demasiado, dejamos hacerse de 20 a 25 minutos, han de quedar doradas, ponlas a enfriar sobre rejilla metálica de repostería.
3- Mientras se enfría el hojaldre completamente preparamos la crema pastelera. Ponemos la leche al fuego con la vainilla.En un cuenco amplio batimos las yemas con el azúcar hasta que blanqueen y añadimos la maicena tamizada, mezclamos bien y vertemos la mitad de la leche caliente, batimos de nuevo y pasamos la preparación al cazo de la leche restante, la ponemos de nuevo al fuego y dejamos que hierva sin dejar de remover, durante dos minutos.
4- Retiramos el cazo del fuego y pasamos la crema por un colador a un bol, lo cubrimos con un papel antiadherente para evitar que se forme una capa y la reservamos hasta que se enfríe.
5- Ponemos al fuego la mermelada y añadimos unas gotas de jugo de limón, dejamos que hierva unos segundos y la pasamos por un colador. Lavamos las fresas y las secamos bien , las cortamos y reservamos.
6- Recortamos con un cuchillo de sierra los bordes del hojaldre y rellenamos con la crema pastelera, para ello resulta útil ponerla en manga. Acabamos la tarta con una lámina de hojaldre y la cubrimos con azúcar glacé y fresas, repartimos sobre las fresas el glaseado.