1- Precalentamos el horno a 200º, lavamos y secamos los pimientos, ponemos estos en una bandeja de horno añadimos un poco de sal gorda y un chorro de aceite de oliva, horneamos a 200° durante 20 minutos. Cuando están los retiramos del horno y los dejamos enfriar cubiertos con un paño o papel de hornear, esto nos va a facilitar el poder retirar mejor la piel.
2- Pelamos los pimientos, eliminando también las semillas y cortamos la carne en tiras finas. Ponemos una sartén al fuego con un fondo de aceite, añadimos los pimientos, el diente de ajo triturado, el azúcar y parte del jugo que ha generado el asado. Dejamos hacerse unos minutos e incorporamos el vinagre y salpimentamos. Dejamos que cuezan a fuego lento durante 20 minutos mas. Dejamos enfriar y listos para envasar o consumir.
3- Servirlos si os parece con unas lascas de ventresca como aperitivo o acompañando unos huevos revueltos. Los podéis conservar envasándolos en tarros y esterilizando al baño María, os durará mínimo seis meses.